domingo, septiembre 28

Primavera Zero


Con el recuerdo de esta canción del viajero estelar…. pienso en esta primavera algo congelada. No solo en lo climático, una sensación personal y colectiva de estancamiento, en esta época que solo debería ser de florecimiento. No me gusta este país esquina vista al mar por estos días, con sueños detenidos, tergiversados, donde otra vez muchos parecen estar en sus intereses personales más que en la ganancia colectiva en diversos ámbitos.

No  me engaño, el neoliberalismo en lo económico y el individualismo en lo social hace rato que han ganado terreno, pero siempre hay rayitos de esperanza que uno busca encontrar…. pero el esquiva sol no los alienta. Reformas presentadas como una posibilidad de cambio real, que terminan tan reformadas que vuelven a más o peor de lo mismo, espacios de participación que se transforman en oportunidades para protagonismos personales más que la búsqueda del interés común, promesas que no se cumplen dando paso a que se perpetúen aberraciones como una constitución heredada de la Dictadura, unas fiestas patrias que de patria tienen poco convertidas en una celebración consumista y hedonista. Puede que el Sábado gris aporte al pesimismo, pero hace rato que las noticias traen poco que aportar a un mejor ánimo.

Y cuando busco, comparto, recuerdo por donde va el camino parece que lo más alentador es remitirnos al espacio pequeño, a lo posible en nuestro entorno más directo, a la micro comunidad. A los cambios en pequeñas acciones: recitar en conjunto un poema en la oficina para recordar que la cultura está en todas partes, conversar con nuestro vecino de asiento en el transantiago lo bueno del cantante popular que escuchamos, tomarse un café con un amigo que no vemos hace años y recordar “buenos tiempos” rescatando enseñanzas más que decepciones… hacer vida comunitaria rescatando los valores que nos gusta compartir. Buscar la primavera en nuestro barrio, nuestra casa, en los ojos de quienes amamos sin dejar que nuestros  sueños se congelen.

viernes, abril 18

Mis mariposas amarillas


Entre la oleada de notas, recuerdos y fotos que inundan las redes sociales por la muerte de Gabo, caí en cuenta que la novela “Cien años de soledad” tiene mi edad, o sea somos orgullosas cuarentonas. Teníamos once años cuando la leí por primera vez, aunque debo haber pensado que era centenaria, en esa edición económica tan clásica que me acompaño mucho años, transitando de estantes a cajas y viceversa hasta que decidió que era su momento de deshojarse.

Mi padre, siempre tan practico, me advirtió en ese momento que era un libro muy largo, pero a mí me tomo solo unos días leerlo y caer en amor a primera vista por García Márquez, y esa locura de palabras y metáforas que relatan magia en Latinoamérica viva. Y de ahí a entrar en el mundo de la literatura de nuestro continente indómito que nunca abandone: Cortázar, Borges, Vargas Llosa, Carpentier, Sábato… tantos que relatan nuestra historia con su propio estilo, pero con un hilo conductor que nos une desde el corazón.

Volví a leer los cien años varias veces, en distintas épocas, adolescente se me ocurrió hacer un árbol genealógico para entender mejor el peregrinar de la familia Buendía. Y seguí leyendo sus libros en distintos momentos, cada uno con algún impacto, el amor en tiempos del cólera y mis propio amor arrebatado, ojos de perro azul y uno de mis cuentos favoritos “Alguien desordena estas rosas”, el coronel no tiene quien le escriba, la increíble crónica de una muerte anunciada…. casi su bibliografía completa a lo largo de los años. Aunque reconozco que no he leído sus dos últimas novelas, asumiendo este abandono hidalgamente, lo que no quita valor a mi encantamiento.

Y no solo desde lo literario el realismo mágico entro a mi vida, la esencia Macondiana forma parte de ella: con los espíritus que pasean, las flores y frutas que irrumpen en escena, los días de sol que tornan en lluvia repentina, la música de fondo, los ciclos permanentes. Y en mis relatos recurro a su recuerdo, como en aquel viaje a la selva boliviana en que encontré mi propio Macondo como escribí en su momento.

“A quien quiera darse un espacio lo invito a hacer un viaje como este. Puede ser más cerca de lo que creen, un espacio distinto, solos o con quien quiera estar con ustedes, aportándole magia a la vida cotidiana…. Pueden pasar cosas como que aparezcan un montón de mariposas amarillas a saludarte una tarde soleada”

viernes, abril 26

MIS NOMBRES


Desperté con pena, que hace días que me anda rondando…. Y me acorde de una canción, que alguna vez me cantó (o trato hacerlo) mi papa y que siempre está ahí cuando me pongo nostálgica “Carito, suelta tu pena”. Él no era de muchos gestos, pero me leía cosas lindas… y me enseñó a amar los libros, la música, la poesía. Él me decía, como mi mama hasta el día de hoy, Carito: mi nombre de infancia

En mi querido Latino, algunos también me decían así, pero más era la Carolina así “a secas” porque mi primer nombre María nunca lo he ocupado…. Solo esperando en algún trámite tengo que poner atención porque no reconozco si llaman a María Asela. Porque la inventiva familiar nos bautizó en mi casa como las tres Marías: Cristina, Beatriz y Carolina todas antecedidas por aquel.

En el Liceo, mi también querido Liceo 1, que me vio crecer en tiempos difíciles, que me trajo amigas con que compartimos las primeras protestas de los 80 y los primeros amores y desamores me empezaron a decir Carola. Aunque también me convertí en La Negra, apodo con que aun esas amigas me tratan, y que aunque en ese tiempo lo sentía algo peyorativo, me gusta mucho y más si es con cariño así como Negrita.

En la gloriosa facultad de Medicina Norte siempre fui La Carola, que es el nombre con que casi todos  me conocen y el que más me identifica, con los amigos, los más cercanos…. Y me viene a la mente cuando yo embarazada de 6 meses escapaba de los pacos por el pasillo central, saturado de olor a lacrimógena, y sentí a alguien (nunca supe quién) gritar muy fuerte “preocúpense de La Carola”. Me quedo grabado ese grito cariñoso con mi nombre.

Una vez terminada la Universidad me transforme en la Doctora Asela, en esto de que por nuestra profesión seamos alguien que no tiene nombre de “pila”. Uno se acostumbra, e incluso cuando llama alguien desconocido tiende a contestar habla el Dr. o la Dra. Como que ser solo Carola o Juan o Claudia no nos identificara. Una variante, que me recuerda las mamas mis primeros pacientes del programa IRA en el San Rafael, es cuando uno ya es más conocido y querido es ser la Dra. Carolina, otro de mis nombres.

También en alguna época, sobre todo cuando por mi trabajo me tocaba salir en los diarios pase a ser Asela o la Asela, así como se tratan los compañeros de curso en los colegios de hombres, solo el apellido. Remarcado con rojo en un cartel de 4 x 3 metros que pasearon por toda la ciudad, en mi experiencia algo traumática previo a mi salida de Arica, no me trae muy buenos recuerdos.

También tuve un par de apodos cariñosos, que no voy a especificar, de esos que se dicen a la pareja… así como “animalitos” o diminutivos que solo a alguien enamorado le parecen adecuados, por que andar de gatita o perrito por la vida no es fácil. Pero finalmente, no son los nombres o apodos los que nos hacen quienes somos, si nos recuerdan etapas o roles y hoy los enumero en esta nota: Mis nombres en la vida.

sábado, marzo 16

AMAKAS: Los origenes

  No sé qué día descubrimos nuestro refugio, pero era casi perfecto: oculto en el patio del fondo, hermoso (a la percepción de los 8 años) y en alto para sobre mirar todo el colegio…. lo que no era mucho decir para una casa antigua adaptada para el Latino que nos acogía. Nuestro lugar estaba en una pandereta a la que se subía por una palmera y que también nos servía de pantalla para al público. Lo del nombre de nuestro “club” fue una difícil decisión: probamos con nombres sacados de los cuentos que nos gustaban, pero nunca nos pusimos de acuerdo, inventamos cosas poéticas y terminamos riéndonos a carcajadas, finalmente decidimos que tenía que ser con nuestros nombres, después de varios intentos: camakas (dos iniciales por cada una) pero nos sonaba raro - Se parece a caca- dijo la gringa siempre prosaica, - Y si le quitamos la ce y queda Asela, Mariela y Kathy- dijo la inamible, -Pucha- reclame yo- pero me tratan por el apellido- no sabía que muchos años después y en agitadas circunstancias toda una ciudad me diría la Asela. Era un día soleado y ya teníamos el nombre para nuestro club del árbol: AMAKAS

   Fundado oficialmente el club nos dedicamos a darle vida, servía para escaparnos de nuestros compañeros que a esa edad, en forma cíclica, entraban en la etapa de molestar a “las niñas”, también nos permitía “no estar”…. no recuerdo que nos hayan encontrado los tíos a los que veíamos desde lo alto rascarse la cabeza con cara de duda -¿Dónde se metieron estas chiquillas?-. Además podíamos guardar y compartir los tesoros que encontrábamos o que traíamos de la casa, decoramos con algunos adornos y tallamos el nombre en el tronco. Hace unos años buscando la casa de Thayer Ojeda de mis recuerdos, supe que la habían demolido y no estaba nuestra palmera, hubiera pagado oro por ese pedazo de madera tallado con caligrafía infantil.

   Las amakas traspasaron el club del árbol, éramos mejores amigas y compartíamos la vida con todos los azares de esos días difíciles, rotábamos en casa de cada una para hacer las tareas, jugar, leer colectivamente…. nuestras familias se conocían y apoyaban esta sincronía de infancia. Recuerdos medios borrados de la casa de Macul, del departamento en Apoquindo y del mío en las torres San Borja. Cuando la gringa se cambió a una parcela en la “lejana” La Florida fue todo un acontecimiento: nuestras aventuras se extendían por el campo, corriendo como perros nuevos entre la maleza caótica y subiéndonos a otros árboles, un rito del verano era recoger duraznos en canastos, práctica que terminaba con una guerra de fruta blanda que nos dejaba en  lamentable estado…. la tía Mónica invariablemente se reía con esas carcajadas que resonaban hasta las nubes y más de alguna vez término como blanco de nuestros proyectiles o manguereandos a la distancia.

   En la casa de Macul las actividades eran más tranquilas y especialmente los momentos de la lectura, pasión que compartiríamos para siempre, la tía Mariela se preocupaba de que siempre tomáramos once  a la hora y se debe haber divertido mucho con nuestras críticas literarias, a ratos también nos daba por escribir historias en patota, los resultados no los recuerdo pero el proceso nos permitía pasar por toda la gama de relaciones humanas…. compañerismo, odio, celos, rivalidad, compromiso conjunto y lo mejor, seguía estimulando nuestra creatividad y amistad.

   Estábamos en  séptimo  básico  cuando  tuvimos que dejar atrás nuestro árbol club, ya no lo ocupábamos tanto  porque estábamos “grandes”, pero  la amistad  forjada en ese espacio nos acompañaba en esa etapa de cambios corporales, emocionalidad  algo  inestable y de  amplia r el  conocimiento al mundo más adulto. Nuestras  lecturas  compartidas  incorporaban  a Gracia  Marquez y otros autores latinoamericanos, ciencia ficción  que yo  aportaba  de la  maravillosa  colección  de  mi  abuelo, historia, hasta  filosofía  que  poco entendíamos  pero  podíamos  discutir  acaloradamente. Nos cambiamos  al  Latino de Los Leones donde transcurriría  nuestro  último año en  ese espacio  de educación  y de  vida  que nos marcó indeleblemente, nuestra  graduación emocionada, de  elegantes y artesanales  vestido  largos, nos  tuvo  llorando abrazadas varios minutos: no solo dejábamos al colegio… las amakas se separaban.
(continuara...)

martes, agosto 16

PASANDO LISTA....

Esta nota, pese al titulo, no resulta un analisis de la movilizacion estudiantil que tiene a Chile convulsionado, al respecto no faltan comentarios y posteos en mi muro.... la "lista" tiene que ver con la vida loca. Por que pese a que no escribia mi blog hace meses, que no han estado precisamente pacificos, en estos dias mas calmos puedo reflexionar por escrito de pasado y presente.
Hay harto que decir, como siempre, pero no sabia bien como hacerlo sin ser repetitiva y se me ocurrio hacer un Listado. De esos que a veces recomiendan en psicoterapia, de las cosas que ya NO hice en la vida y de las muchas cosas que aun me quedan por hacer.... resulto muy interesante. Los invito a escribir su propia lista, es mas facil de lo que parece y puede ser un gran aporte, aqui esta parte de la que salio (espontanea).
15 cosas que ya no hice en mi vida
1.- Disfrutar de una adolescencia sin responsabilidades
2.- Tener un hijo en la edad y condiciones "ideales"
3.- Vivir por siempre con el hombre de mi vida
4.- Casarme en la iglesia de blanco (ejem)
5.- Vivir mas de 30 años en la misma casa
6.- Ser ciudadana de un solo lugar
7.- Ir a un concierto en la cancha del Estadio nacional
8.- Ver a Soda Stereo en vivo : (
9.- Ser siempre de personalidad introvertida y timida
10.- Ser siempre flaca y a la moda
11.- Tener la misma pega por mas de 20 años
12.- Tener una educacion y formacion academica tradicional
13.- Ser predecible (en esto de la ciclotimia poca)
14.- Ser indiferente ante la injusticia
15.- Tener una vida monotona y apacible

20 cosas que aun puedo hacer... (en la 2° mitad de mi vida)
1.- Disfrutar mis 40 de menos responsabilidades
2.- Tener una buena relacion y mejor comunicacion con mis hijos ya adultos
3.- Amar y regalonear a mis nietos hermosos
4.- Ser feliz en mis nuevas casas y ciudades
5.- Vivir en un lugar con vista al mar en Valparaiso de mis amores
6.- Emocionarme SIEMPRE con un libro, una pelicula o una cancion
7.- Aprovechar los aprendizajes de la vida
8.- Viajar, viajar y viajar.... por Chile y el mundo
9.- Hacer solo la pega que me gusta, por un buen sueldo
10.- Estudiar Antropologia o mi Magister en España
11.- Tener nuevos amigos y amigas de verdad
12.- Comer buena comida, sin excesos, ni culpas
13.- Disfrutar de mi madre y mi familia siempre presente
14.- Perdonar y perdonarme por lo que NO fue
15.- Armar los albumes de fotos pendientes por años...
16.- Volver a dormir bien en forma natural
17.- Mantener mi peso y mejorar mi estado fisico
18.- Retornar a mis terapias (florales, psicologicas, de conversas)
19.- Trabajar menos y disfrutar mas
20.- Y obviamente.....Enamorarme otra vez!!!

lunes, mayo 23

El regalo prometido

Desde niños debemos aprender que no todos los regalos prometidos llegan,  recuerdo especialmente dos: Como a los 10 años un viaje a Colombia a conocer a la familia (que ahora encontre en la red) y en la adolescencia un equipo de musica reemplazo de mi vieja radio-casette. De adulta se vienen a la memoria promesas de todo tipo, no cumplidas, mas que regalos materiales. Por que tambien las promesas de cambiar actitudes, mejorar conductas, cumplir compromisos son regalos.... para la pareja, para los hijos, los padres, los amigos. Pero finalmente los mejores son los que no se esperan
Pero lo mejor es recordar con emocion la felicidad de la primeras pascuas, cuando aun existe el viejo pascuero, y no hay como describir el brillo en los ojos y la risa del que abre un paquete multicolor.... lo vi muchas veces, con mi hemana, con mis hijos y ahora con los hijos de mis hijos, el recuerdo tambien de nuestros regalos preciados: mi bicicleta CIC por partida doble en que abuelos Porteños y Santiaguinos cumplian la pedida de la nieta mayor el mismo año, un entrada magica en platea para el primer concierto de Silvo Rodriguez en Chile, un reloj de mi abuelo en mi graduacion de Medicina, un collar de plata ultimo recuerdo de mi papa.... uff!! la verdad es que puedo recordar muchos regalos hermosos. Y mas si volvemos a los compromisos si cumplidos, los cambios, los logros y ahi si que me puedo emocionar hasta las lagrimas: mi Nico por primera vez en brazos de su mama adolescente, los regalos "pegoteados" del dia de la Madre, la graduacion de 4° medio de mis hijas, ver nacer a mi Pedrito..... doble uff!! REGALOS de la vida.
No necesitamos esperar regalos prometidos que no llegan....

viernes, mayo 20

Un aniversario para agradecer

Cumpli un año en Santiago el 1° de Mayo.... y habia escrito esta nota que "desaparecio", y hoy encontre como borrador. La vuelvo a publicar (con algunos agregados), en esto de seguir positivamente los caminos que me trae la vida.... en una etapa que alguna vez imagine y ahora esta aqui.
"Puedo constatar en estos dias de cambios mas asentados, con la emocion mas contenida por apoyos varios, que me ha echo sentido el llamado de quienes me quieren a ver la vida de una manera mas simple, mirar hacia el futuro con alegria y ver todo lo que tengo para AGRADECER:
- Que tengo tres hijos hermosos, sanos, que ya tienen sus familias que crecen, y que pese a sus dificultades (como todos las hemos tenido) estan saliendo adelante
- Que cuento en las buenas y en las malas con una familia muy diversa, que me quiere y me apoya pese a las distancias.... lo que es harto decir para estos tiempos de familias disgregadas
- Que tengo amigos y amigas de verdad, de siempre o de hace poco, pero que siempre estan conmigo SIN condiciones. Y eso resulta tan certero, que le quita importancia a todas las deslealtades vividas.
- Que la depre a medio tratar y la emocionatica no me la ha ganado, y ahora con animo de preocuparme mas de mi, voy a hacer todo lo que tengo pendiente para superarlo
- Que tome la desicion de no esperar cosas que no van a pasar, sobre todo de quienes no me quieren como parte de su vida, y tomar sin miedo las oportunidades que me ofrece la vida.
- Que pude estudiar Medicina con tres hijos, y me saque la cresta para hacerlo... que pese a todo tengo una buena carrera laboral de merito propio y eso VALE.
- Que por lo mismo tengo la oportunidad de optar por el lugar donde quiero trabajar, en buenas condiciones y ganando buenas lucas
- Que pese a la dificultad inicial me adapte a la city, he disfrutado de sus lugares variados.... de comidas, cine, museos y ahora llega el invierno (con su temible frio y animo gris) en mejores condiciones"

Harto por que tener gratitud con la vida ¿no? a todos los que han contribuido a que asi sea, incluso a quienes al dañarme, mentirme, enojarme me han enseñado GRACIAS TOTALES!!