domingo, septiembre 28

Primavera Zero


Con el recuerdo de esta canción del viajero estelar…. pienso en esta primavera algo congelada. No solo en lo climático, una sensación personal y colectiva de estancamiento, en esta época que solo debería ser de florecimiento. No me gusta este país esquina vista al mar por estos días, con sueños detenidos, tergiversados, donde otra vez muchos parecen estar en sus intereses personales más que en la ganancia colectiva en diversos ámbitos.

No  me engaño, el neoliberalismo en lo económico y el individualismo en lo social hace rato que han ganado terreno, pero siempre hay rayitos de esperanza que uno busca encontrar…. pero el esquiva sol no los alienta. Reformas presentadas como una posibilidad de cambio real, que terminan tan reformadas que vuelven a más o peor de lo mismo, espacios de participación que se transforman en oportunidades para protagonismos personales más que la búsqueda del interés común, promesas que no se cumplen dando paso a que se perpetúen aberraciones como una constitución heredada de la Dictadura, unas fiestas patrias que de patria tienen poco convertidas en una celebración consumista y hedonista. Puede que el Sábado gris aporte al pesimismo, pero hace rato que las noticias traen poco que aportar a un mejor ánimo.

Y cuando busco, comparto, recuerdo por donde va el camino parece que lo más alentador es remitirnos al espacio pequeño, a lo posible en nuestro entorno más directo, a la micro comunidad. A los cambios en pequeñas acciones: recitar en conjunto un poema en la oficina para recordar que la cultura está en todas partes, conversar con nuestro vecino de asiento en el transantiago lo bueno del cantante popular que escuchamos, tomarse un café con un amigo que no vemos hace años y recordar “buenos tiempos” rescatando enseñanzas más que decepciones… hacer vida comunitaria rescatando los valores que nos gusta compartir. Buscar la primavera en nuestro barrio, nuestra casa, en los ojos de quienes amamos sin dejar que nuestros  sueños se congelen.