A mi Padre, Manuel y Jose Manuel....

Esta nota la escribi hace un año, pero sigue y seguira vigente, por que parte de la historia de nuestro pais que mañana recordamos es tambien parte de mi historia cercana. Ademas cobra mas vigencia cuando estando en Santiago podre asistir a la ceremonia de cada 29 de Marzo, la Velaton en Los Leones con el Vergel .... y conmigo estaremos muchos para honrar la vida por sobre todo.

"Ayer llegaron desde Arica mas de mis cosas, incluyendo libros y fotos que todavia no ordeno, y entre las fotos una de mi padre: Don Hector Asela con una enorme sonrisa... con pena recorde que fue la foto que pusieron en su "despedida" hace ya 18 años, junto a la bandera y una guardia de camisas amaranto que me emociono al entrar a esa sala del Instituto Lipschutz abarrotada de gente.

Y en estos dias de tantas emociones encontradas, en que vivimos un pais tan distinto y a ratos irreconocible, en que se cumplen fechas especiales... se me unen al recuerdo un par de imagenes que no estan en fotos pero si en el corazon. La primera es de Jose Manuel Parada en un asado compartido en familia (debe haber sido fines del 84) tambien riendo junto al mentado Don Hector con una copa de vino en la mano y la otra de Manuel Guerrero C. conversando animadamente con mi padre en la entrada del colegio, mi querido Latino donde aun estudiaban mis hermanos, mientras yo esperaba en el auto que me encaminara a los trabajos voluntarios de la U. que esos dias haciamos por el terremoto: Marzo de 1985 (y como se cruzan las causalidades en el tiempo), y ambas imagenes fueron las ultimas que tengo de esos hombres maravillosos que conoci y de algun modo formaron parte de mi vida y la de mi familia.

Las imagenes que siguen se mezclan con sentimientos que a ratos parecen lejanos, pero que en esos dias estaban tan presentes: miedo, incredulidad, impotencia, horror... cuando supimos del secuestro, el relato de mi hermano de los balazos y el Tio Leo sangrando, la velaton de esa noche, la incertidumbre, cuando en grupos de la familia del Latino y a travez de la Cooperativa se iba sospechando la verdad final. Todo eso en un ambiente mas cercano, para despues compartir el adios en ese funeral masivo en que yo me uni a toda la escuela de Medicina Norte que esperabamos por calle La Paz a la multitud.
Y en este recuerdo personal y colectivo un gran llamado a NO OLVIDAR jamas, sin dejar de repetirlo"